dilluns, 25 de febrer del 2013

Una obra conjunta

Obra a cuatro manos
Esta pintura parece haber acabado más o menos bien a pesar de sus desgraciados comienzos. Era una pintura de circunstancias de hace muchos años, que pinté y no incluí en la exposición de aquellos días. Este cuadro se ha paseado por mi estudio durante años esperando su ocasión.
Poco antes de inaugurar la actual exposición le añadí los nombres caligrafiados de los veintitrés elementos para poema surrealista. Bartomeu Molino aceptó intervenir en la pieza, que así cambió de aspecto, de tensión y de significado. Por eso, esta vez, esta pieza ha adquirido la condición de obra, sin título ni referencia ni firmas, y ve la luz en una exposición.

diumenge, 24 de febrer del 2013

murder cadira ambrosio

Dos piezas que comparten el mismo lema
Un cuadro también puede llamarse Josefina o Pintura número 17. Un día iba por la calle y me pasó por la cabeza este trío de palabras inconexas. Prefiero evitar este tipo de situaciones por su pesadez, pero aquel día me paré y las apunté por si me fueran a servir para algo.
murder cadira ambrosio es el nombre que reciben los trabajos que contienen las nueve conciencias derivadas de los veintitrés elementos para poema surrealista, que dan nombre al primero de los tres proyectos que conforman olor corporal.
No se trata de un lío, sino de una pincelada sobre mi método de trabajo, que me gusta compartir.

dimecres, 20 de febrer del 2013

olor corporal.23, un detalle

olor corporal.23
Bartomeu Molino y yo acordamos muy pronto que el título genérico de nuestra exposición conjunta sería olor corporal.23 Cada uno de los tres proyectos que componen mi proyecto olor corporal tiene veintitrés elementos.
A Bartomeu le fascinó este número, el 23; podríamos decir que lo adoptó.
Esta pieza, llamada precisamente olor corporal.23, recoge parcialmente mi tercer proyecto, pero apuesta por la presencia total y mantiene viva la continuidad de mis piezas modulares.

dilluns, 18 de febrer del 2013

Elixirs, una serie

Creo recordar que fue una tarde, en un bar oscuro y vulgar de Barcelona. Esperaba la hora para una entrevista. Dibujé veintitrés pequeñas formas inconexas, perdidas entre la niebla de mis recuerdos más sòrdidos, como en la Sèrie Paris.
Quise huir de asociaciones, de ideas previas, de voluntades que fueran más allá del papel y de mí. Luego se complicó el asunto; hubo otras versiones, otros materiales. Y unos títulos enredados en unos recuerdos inexistentes.


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diumenge, 17 de febrer del 2013

olor corporal.23

Bartomeu Molino, ensamblaje
Hans Móller, collage y pintura










La exposición sería una apuesta perdida, si nos la hubiéramos tomado como una apuesta.
No es el caso: Bartomeu Molino y yo nos hemos pasado unos cuantos días colocando nuestras piezas de modo que parezcan lo que queríamos: un proyecto compartido.
Todo lo que han de hacer aquellos que se acerquen a esta exposición es verla. Luego ya dirán. O no dirán nada y seremos menos felices.